Paolo Fabbri y los signos del arte


Da: Ariel Barbieri y Juan Mocciaro, Río Negro, 19/04/2016.
Traducción: Dr. Claudio Ongaro Haelterman, profesor de la UNA.


Dictará un seminario organizado por la Universidad Nacional de Río Negro en Viedma

Paolo Fabbri tuvo un privilegio: estuvo dentro de “El nombre de la rosa”, literalmente.
Él es “Paolo da Rimini”, uno de los personajes imaginados por Umberto Eco para su novela.
No fue un gesto casual.
Fueron colegas y buenos amigos.
Nacido en Rimini como aquel personaje, el semiólogo Paolo Fabbri (1939) es profesor de Semiótica del Arte en la Facultad de Letras y Filosofía de la Universidad de Bolonia, docente universitario en Estados Unidos, Canadá, Australia Francia, España, Brasil y Argentina.
Además, es autor de dos libros esenciales: “El giro semiótico” y “La táctica de los signos”.
Invitado por la Universidad Nacional de Río Negro, Fabbri dictará el seminario de Semiótica del Arte Moderno y Contemporáneo los días 26, 27 y 28 de abril.
Antes, vía e-mail, dialogó con “Río Negro”.
– ¿En qué medida la semiótica nos permite pensar el arte moderno y el arte contemporáneo? ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro?
– La semiótica se enfrenta al problema de la multiplicidad e hibridación en las artes contemporáneas desde un punto de vista antropológico y no estético; comparando distintos sistemas de signos y su respectiva trans-ducibilidad.
Se propone por lo tanto, problemas menos familiares a la historia del arte como ser el disgusto, el camuflaje o la iconoclastia.
Evalúa el vínculo entre arte moderno y contemporáneo como continuidad (fórmulas patéticas, citaciones, ironías, etc.) y también como ruptura: el verso libre ha sido desconcertante para la poesía.
– ¿El arte propone nuevos mundos? ¿En qué medida esas proyecciones que el arte realiza se vinculan con nuestro cotidiano?
– Por supuesto el arte genera mundos reales y no solamente posibles.
Propone formas de vida y no se limita a renovar nuestra percepción sensible: nos injerta sentidos nuevos, nos propone emociones imprevistas.
Por su modo de organizar los lenguajes, se presta a interpretaciones inesperadas más allá de las intenciones de los mismos autores.
Como se suele decir en italiano, opera “en memoria futura”, a largo plazo.
– Las personas están constantemente produciendo sentido.
¿Cómo la semiótica puede serle útil?
– Pienso la semiótica no como una filosofía sino como una ciencia humana que ofrece instrumentos para comprender sistemas de signos y procesos de sentido, la transmisión e interpretación de significados.
Pero también sus respectivas alteraciones, destrucciones, censura, incomprensión.
Hace falta una teoría, un método descriptivo y la finalidad es también crítica: mostrar cómo naturalizamos lo arbitrario de los signos produciendo así disidencias interpersonales y culturales.
Roland Barthes denominaba esta actividad “desmitologización”, Umberto Eco “guerrilla semiótica”.
– ¿Qué desafíos le plantean a la semiótica, a la comunicación y al arte contemporáneo, los discursos de las redes sociales y los nuevos modos de producir sentido de los medios electrónicos no tradicionales?
– Una cuestión difícil de responder más allá de las evidencias y de las generalidades.
Nos pone ante el problema de las formas y de las substancias expresivas, en particular modo el uso de las imágenes mediáticas (por ejemplo la fotografía o el video); de los lugares de manifestación (desde los museos hasta las calles); de las relaciones con el público, que proclama un verdadero culto a ciertas obras o autores (por ejemplo, Van Gogh) o resiste de manera significativa a las estrategias culturales de las élites.
– Usted fue una persona cercana a Umberto Eco, ¿cuál cree que ha sido su mayor aporte para hacer de la semiótica esa caja de herramientas de uso cotidiano en la producción de sentido?
– Eco nos enseñó que los signos sirven para mentir y no solamente para decir la verdad.
En el encadenamiento general de un signo a otro hay espacio para la invención y la imaginación pero también para las confabulaciones y los engaños de los cuales se habla en sus novelas.
De aquí la necesidad de estudiar las distintas enciclopedias culturales y comparar los códigos lingüísticos y los textos visuales y musicales.
El instrumento de Eco era la argumentación y especialmente la abducción, una forma del razonamiento hipotético deductivo.
Consideraba que hubiese todavía un rol iluminante de los intelectuales en la colectividad aún si en la conectividad de hoy se haya alterado el rol ético y político iniciado en la Belle Epoque con el “J’accuse” de Emile Zola.
– ¿Cuáles son los tópicos que va a trabajar en el seminario?
– Quisiera mostrar el proceso contemporáneo y creciente de “artistificación”, es decir el movimiento general a partir del cual muchas prácticas sociales son promovidas como formas artísticas.
Desde el cine a la fotografía, desde el “design” a la moda, desde la música popular hasta la danza hip hop.
Y mostrar las dificultades que de ello se desprende para cualquier definición unívoca del arte.
Por eso, a la pregunta: “¿qué es el arte?” prefiero: ” ¿cuándo se da el arte?”.

PARA TENER EN CUENTA
Paolo Fabbri dictará un curso de Semiótica del arte moderno y contemporáneo -el martes 26, miércoles 27 y jueves 28 de este mes-.
De carácter libre y gratuito, el mismo está orientado hacia docentes y estudiantes de la UNRN y de otras instituciones de educación superior de la región.
Para inscripcciones se debe enviar mail al siguiente correo: seminariofabbri@unrn.edu.ar

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