Paolo Fabbri: «La metáfora es un escándalo referencial»


Anahí Lovato y Andrés Aseguinolaza, Noticias Institucionales, Universidad Nacional de Rosario (UNR), 07-08-2013.
http://www.unr.edu.ar/noticia/6822/paolo-fabbri-quotla-metafora-es-un-escandalo-referencialquot


El semiólogo italiano brindó una conferencia en el Espacio Cultural Universitario (ECU) de nuestra Universidad.
Ante la mirada atenta de los docentes, investigadores y estudiantes universitarios que colmaron la nave principal del ECU, el prestigioso semiólogo Paolo Fabbri ofreció una serie de reflexiones en torno a la Semiótica actual.
La conferencia se desarrolló en el marco del 40 aniversario de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Fue organizada por la Escuela de Comunicación Social y el Centro de Estudios e Investigaciones en Comunicación y Cultura (CEICC), y auspiciada por el Centro de Estudios Canadienses en Rosario (CEC), el Centro de Iinvestigación en Mediatización (CIM) y las cátedras de los Lenguajes.
Con claridad discursiva y una buena dosis de picardía, propuso un recorrido conceptual desde Saussure hasta Peirce, pensando en los abordajes naturalistas y culturalistas de la semiología, forjados a la luz de teorías cognitivas o lingüísticas, y pasando también por los sistemas de representación, la referencia y el camuflaje.
“Peirce no tiene una teoría del lenguaje. Es kantiano, y no hay teoría lingüística en Kant. Mientras que Saussure arriba a la semiótica no a través de la lógica ni la epsitemología, sino por la lingüística. Umberto Eco ha hecho un esfuerzo por amalgamar el pensamiento de ambos. El resultado fueron quimeras morfológicas. No ha dado resultados positivos”, se rió.
Luego, se refirió al problema de la referencialidad del signo, pensando específicamente en el funcionamiento de las metáforas: “Cuando estudiamos las figuras retóricas, estudiamos la metáfora. La metáfora es un escándalo referencial. Si una señora es una flor, es un escándalo. Quien tiene una teoría de la referencia trata de reducir este escándalo. Quien tiene una teoría del significado no se preocupa únicamente de la metáfora, sino de otras figuras retóricas”.
Divertido, el semiólogo admitió que los italianos no pueden “no hablar de Eco”. Sin eludir la referencia, explicó: “Eco sostuvo que existe una semiótica pura y una aplicada. La primera no se llama semiótica: se llama filosofía del lenguaje. El nombre semiótica se utiliza para su dimensión aplicada. Esa definición tuvo consecuencias institucionales muy fuertes. Interrogarse sobre lo real, la referencia, el signo, son problemas de filosofía del lenguaje. Esa es una distinción que se asienta en la diferencia entre ciencia pura y aplicada. Pero los científicos no creen en tal distinción. Piensan que la ciencia aplicada hace ciencia pura y viceversa”.
“El problema de Eco no es el significado, sino una ontología débil”, continuó: “la realidad es aquello que resiste a nuestras hipótesis. La realidad desmiente las hipótesis de los sujetos. Eco no tiene una teoría del sujeto, no hace una semiótica subjetiva, no observa la condición del sujeto en el discurso”.
Buena parte del auditorio asintió cuando Paolo Fabbri observó que en Argentina, a diferencia de las escuelas francesas e italianas, “la semiótica se encuentra en relación estrecha con la comunicación”.

Cuestión de etimología

Muchos filósofos se apoyan en la etimología de las palabras. “Uno de los principios fundamentales de Saussure era torcerle el cuello a la etimología”, recordó Fabbri. Las palabras no tienen un significado histórico único e inamovible. “Por ejemplo, se dice que el átomo es la cosa indivisible. Pero la ciencia contemporánea lo ha roto en millones de pedazos. Otro ejemplo: la palabra “desastre” deriva de un problema en el orden de los astros. Aunque dudo que aquí ustedes crean en los astros”, sostuvo, en complicidad con el público.
“Las mejores etimologías son poéticas, no científicas. Etimo quiere decir verdad. Pero eso es falso”, agregó. Ya en una conferencia en Bogotá, Colombia, en 2012, el semiólogo había declarado que la etimología “es una figura retórica con la cual intentamos inscribir, en la morfología de las palabras, el significado que circula en los conjuntos discursivos”. La etimología es una metáfora y, la metáfora, un escándalo referencial.

Curso de lingüística general

Probablemente, una de las cosas que sorprendió con más fuerza al auditorio fue su relato del descubrimiento de un manuscrito de Ferdinand de Saussure que contiene definiciones sobre la lingüística y su objeto de estudio.
“Cuando se descubre el manuscrito, muy fragmentario, muchas afirmaciones del Curso de Ligüística General se ponen en tela de juicio. Se generan debates importantes”,  contó, mientras transitamos el año del centenario de la muerte de Saussure.
Dicen los fragmentos del manuscrito, leídos por la traductora que ofició en la conferencia: “La lingüística no pertenece ni a las ciencias naturales ni a las ciencias históricas. Debería pertenecer a una ciencia de los signos, aunque no exista. La lengua, como cualquier sistema semiológico, no es el barco que se encuentra en el astillero, sino el barco que va por el mar. La lengua es un sistema de signos hecho sólo para entenderse entre pares o muchos, no para entenderse a sí mismo (…) La lengua es un sistema de valores. Es la colectividad social la que crea valores, lo que significa que la lengua no existe antes ni fuera de ella”.
“Esto abre muchos debates en torno a las conocidas dicotomías saussureanas: langue/parole, diacronía/sincronía”, agregó Fabbri.
Preocupado por la significación estratégica, el semiólogo se ocupó luego de repasar, acompañado de imágenes, las técnicas de camuflaje en el mundo animal y humano. “Los cubistas, enrolados durante la primera guerra mundial, camuflaban cañones en sus pinturas”, mostró.
“En los ríos, hay cardúmenes de predadores nadando al lado de sus presas, pero camufladas de predadores. Es extraordinario”, subrayó. Desaparecer, ocultarse, volverse otro, fueron algunas de las estrategias de camuflaje analizadas por Paolo Fabbri, en su regreso a Rosario, muchos años después de su última visita, en 1986.

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